Fútbol: el Mundial 2030 en tres continentes, la polémica crece

Fútbol: el Mundial 2030 en tres continentes, la polémica crece

“Una elección geográfica desafortunada”eufemismo para la AFP Benja Faecks, de la ONG Carbon Market Watch, que analiza las promesas de los organizadores de los grandes eventos. Porque un evento que se desarrolla en lugares a miles de kilómetros de distancia significa transporte aéreo, equipos pero, sobre todo, cientos de miles de aficionados.

Con la elección de los países anfitriones de los Mundiales, la Federación Internacional (FIFA) busca promover el fútbol en todo el mundo, recuerda David Gogishvili, investigador de la Universidad de Lausana, en Suiza.

Se jugarán tres partidos en Argentina, Uruguay y Paraguay

Se jugarán tres partidos en Argentina, Uruguay y Paraguay con motivo del centenario de este evento nacido en Montevideo. “Pero en términos de impacto medioambiental, es una idea descabellada”añade el académico.

La FIFA, por su parte, prefiere destacar que los 101 partidos restantes se disputarán “en un grupo de países vecinos que están geográficamente cerca y tienen infraestructuras y conexiones de transporte extensas y bien desarrolladas”.

Formato de la competición (48 equipos de la edición de 2026, frente a 32 en 2022), sedes elegidas, socios (la petrolera saudita Aramco se ha convertido en “socio importante” en la primavera de 2024)… “Y qué lástima que el planeta muera”suspira Guillaume Gouze, del Centro de Derecho y Economía del Deporte, adscrito a la Universidad de Limoges.


“Pasar de 32 a 48 equipos es casi peor que la Copa en tres continentes”

Aurélien François, profesor de la Universidad de Rouen.

Las cuestiones de la descarbonización, muy importantes en Europa, “no necesariamente se comparten en todas partes”señala Gouze. Sin embargo, la FIFA, como representante de “deporte de deportes”tiene “una responsabilidad moral para abordar estas cuestiones”. Pero ofrece Copas del Mundo en forma de“aberración ecológica”.

“Pasar de 32 a 48 equipos es casi peor que la Copa en tres continentes”estima Aurélien François, profesor de gestión deportiva en la Universidad de Rouen.

Más equipos significa más aficionados con ganas de acudir a los lugares, más capacidad de acogida en el sector de la hostelería, más residuos, etc.

Los países elegidos para la edición de 2030 ya cuentan con estadios (a diferencia de Qatar en 2022 o Arabia Saudita en 2034) y, por tanto, serán menos contaminantes en este frente. Pero Antoine Miche, director de la asociación Football Écologie France, recuerda los problemas de sequía y falta de agua de veranos anteriores en estas regiones, que sólo pueden empeorar con la afluencia de millones de visitantes.

Para 2030, surgen demasiadas preguntas

“La coorganización no es necesariamente un problema”declara Ronan Evain, de la asociación Football Supporters Europe, con sede en Hamburgo, citando el ejemplo del Mundial de 2002 coorganizado por Japón y Corea del Sur. “Pero ahí, de cara a 2030, hay demasiadas preguntas”según él.

¿Qué pasa con los viajes de ida y vuelta entre Marruecos y el sur de Europa, en avión o en barco? ¿Qué pasa con los costos ambientales y financieros (para los aficionados) si el sorteo selecciona a su equipo para un partido en Sudamérica? Por no hablar del deterioro de la equidad deportiva, según él, para los jugadores en estos tres partidos, que corren el riesgo de sufrir desfase horario y diferencia de temperatura.

Entonces, ¿deberíamos cruzar el Atlántico? “Los verdaderos aficionados harán estos viajes. Por pasión podemos hacer cosas inconsistentes”señala Antoine Miche.

Para él, como para Ronan Evain, los aficionados al fútbol son un reflejo de la población, con un porcentaje creciente dotado de una conciencia ecológica más asertiva que hace unos años.

La FIFA podría inspirarse en el Comité Olímpico Internacional (COI), que, por ejemplo, ya no concede la celebración de los Juegos a una ciudad donde habría que construirlo todo, señala David Gogishvili, de la Universidad de Lausana.

Establecer “¿medidores regionales?

Porque elegir una ubicación menos fragmentada que las ediciones de 2026 (México, Estados Unidos, Canadá) y 2030 es necesario pero no suficiente, según los investigadores. Recuerdan que la Copa 2022 se desarrolló en un sitio ciertamente «compacto» (Qatar), pero fue necesario construir allí estadios con aire acondicionado que rara vez se reutilizaron.

Otra idea, para reducir el transporte aéreo: establecer “medidores regionales”. Es decir, reservar una gran parte de las entradas de los estadios para los aficionados en un radio de unos cientos de kilómetros y fomentar los viajes en tren.

Guillaume Gouze, al igual que otros expertos entrevistados por la AFP, recomienda multiplicar las zonas de aficionados en las grandes ciudades del mundo del fútbol, ​​para que los aficionados “vivir una experiencia colectiva”frente a una pantalla gigante y no en un estadio, sino con el ambiente.

La FIFA entonces tendría que aceptar el impacto sobre la rentabilidad económica de su evento emblemático. Y, por el lado de los aficionados, “Algunos, pero no todos, confían en el estadio”señala Antoine Miche.

Un elemento positivo, según Benja Faecks: los intentos de “lavado verde” o “lavado deportivo” están en peor situación que antes. Muchos académicos y ONG evalúan la viabilidad ambiental de estos eventos y desmontan los argumentos cuando son erróneos.

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