España: la deuda pública cayó hasta el 107,7% del PIB a finales de 2023
La deuda pública de España volvió a caer el año pasado hasta situarse en el 107,7% del producto interior bruto (PIB) frente al 113,2% a finales de 2022, mejor de lo previsto por el Gobierno, anunció el viernes el Banco de España. La deuda del conjunto de las administraciones públicas españolas, medida según los criterios de Maastricht, se situaba a finales de diciembre en 1.575 millones de euros, indicó el banco central en un comunicado.
En valor absoluto, la deuda aumentó un 4,8% en un año. Pero respecto al PIB español, cayó 5,5 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 107,7%, según el organismo monetario. Este resultado es mejor que las previsiones del Gobierno de izquierda español, que se había comprometido con sus socios europeos a reducir la deuda al 108,1%, después de tres años de descenso consecutivo.
La caída de la deuda española se explica principalmente por el fuerte crecimiento económico, que alcanzó el 2,5% el año pasado en España, uno de los niveles más altos alcanzados por un país de la zona del euro. Esta dinámica permitió estimular los ingresos tributarios y compensar el impacto de los gastos incurridos por el ejecutivo para apoyar el poder adquisitivo de los hogares frente a una inflación galopante. La deuda pública de España, una de las más altas de Europa, alcanzó un máximo del 125,7% en 2020 debido al gasto para apoyar la economía ante la crisis del Covid-19. Desde entonces, ha seguido retrocediendo.
El presidente del gobierno socialista, Pedro Sánchez, ha prometido continuar con esta reducción, reduciendo la deuda al 106,3% a finales de 2024. El déficit público, que mide la diferencia entre los ingresos y los gastos de un país, debe alcanzar el 3,9% del PIB en 2023, luego el 3. % este año. Según el Pacto Europeo de Estabilidad, la deuda pública de los estados miembros debe permanecer teóricamente inferior o igual al 60% del PIB, y el déficit público no debe exceder el 3% del PIB.
Pero el Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE llegaron a un acuerdo hace una semana para reformar estas normas presupuestarias, consideradas obsoletas y de hecho poco respetadas. Este acuerdo, aunque confirma estos ratios emblemáticos, flexibiliza un poco el ajuste solicitado en caso de déficit excesivo, dando a los Estados miembros más tiempo para respetarlos, si emprenden reformas estructurales e inversiones.