Debilitada por la competencia, Telefónica en zona de turbulencias

Debilitada por la competencia, Telefónica en zona de turbulencias

Entrada en el capital del grupo saudí STC, posible adquisición de una participación por parte del Estado, rumores de un nuevo plan social… El gigante español de las telecomunicaciones Telefónica vive un período convulso, en un contexto de profunda reestructuración del sector en el país.

Presente en 12 países, entre ellos Brasil, Alemania y Reino Unido, el operador histórico español”sigue registrando resultados sólidos», pero «se nublan las nubes en el horizonte», resume a la AFP Joaquín Robles, analista de XTB. Telefónica, que el miércoles presentará su nuevo plan estratégico 2023-2026, muy esperado por los inversores, ha vivido en las últimas semanas noticias muy intensas y fuente de muchas preguntas. A principios de septiembre, el grupo saudí paraestatal Saudi Telecom Company (STC) anunció la adquisición del 9,9% del capital del gigante español -4,9% en acciones y 5% a través de otros instrumentos financieros- por un importe total de 2,1 mil millones de euros. Esta operación, que convirtió al principal operador telefónico de Arabia Saudí, Telefónica, en el mayor accionista de la compañía, causó sorpresa en el seno de la compañía y generó preocupación en el Gobierno de izquierdas español, que fue informado en el último momento.

En cuestión: datos sensibles en poder del operador, que ofrece, en particular, servicios de telecomunicaciones al ejército español. Telefónica es una “empresa icónica» y España «asegurar» a lo que su “Se preserva la autonomía estratégica.“, anunció el ejecutivo. En este contexto, la Empresa Pública de Participaciones Industriales (SEPI), el organismo inversor del Estado español, anunció el 31 de octubre que estaba llevando a cabo un “análisis exploratorio» con una vista de «una posible participación en Telefónica«. Según el medio online El Confidencial, la SEPI –que abandonó Telefónica en 1997– se plantearía hacerse con el 5% del capital, “en conjunto con otros inversionistas nacionales«, para «para contrarrestar la entrada de Arabia Saudita» en el operador español. Una información que ni la SEPI ni el Gobierno han confirmado a estas alturas, pero que refleja las tensiones en torno al futuro del grupo que preside José María Álvarez-Pallete, que afronta múltiples retos desde hace varios años.

Deuda pesada

Telefónica, un peso pesado de la telefonía mundial, está de hecho agobiada por una fuerte deuda, que hace temer su solvencia, debido al aumento de los tipos de interés y a la elevada inflación que ha acabado minando su rentabilidad. Para reducir esta deuda, el grupo ha llevado a cabo importantes ventas de activos en los últimos años, incluida la venta de las torres de telecomunicaciones de su filial Telxius por 7.700 millones de euros. También realizó 15.000 recortes de empleo mediante planes de salida voluntaria. Estas medidas permitieron “para reducir significativamente la deuda», aumentó de 50 a 27,5 mil millones de euros, pero no así su ratio de endeudamiento, ya que la empresa al mismo tiempo redujo su tamaño y vio derretirse su capitalización, explica Joaquín Robles. Desde la crisis financiera, Telefónica ha visto caer bruscamente la cotización de sus acciones, pasando de casi 23 euros en 2007 a menos de 4 euros actualmente. Esto aumentó su capitalización de 100 a 21 mil millones de euros.

A pesar de sus esfuerzos, el gigante de las telecomunicaciones tampoco ha logrado frenar por completo la erosión de su flujo de caja. Lo que hace que los mercados duden de su capacidad para mantener el nivel de dividendos pagados a sus accionistas. Según varios medios españoles, esta situación podría empujar al grupo a anunciar el miércoles un nuevo plan de ahorro, con 5.000 posibles supresiones de empleo en España -o un tercio de su plantilla en este país-. Telefónica opera en un entorno donde “la competencia es cada vez más dura» y los márgenes «cada vez más estrecho», resume Joaquín Robles. Una situación que afecta a todo el mercado europeo pero especialmente a España, donde el sector se encuentra en plena reestructuración. El grupo francés Orange y el español MasMovil anunciaron en marzo de 2022 la fusión de sus actividades. Esta operación, suspendida de la luz verde de Bruselas, debería dar origen a la segunda compañía de telecomunicaciones de España y podría desestabilizar aún más a Telefónica.

En este contexto, la llegada de STC también puede representar una oportunidad. “Esta no es una entrada especulativa.» pero de una operación «a largo plazo», que probablemente ofrecerá estabilidad financiera al grupo, recuerda Joaquín Robles.

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