España: la amnistía para los separatistas catalanes está sujeta a una votación decisiva en el Parlamento
En Madrid
El juego del gato y el ratón comenzó nada más presentarse la iniciativa al Congreso de los Diputados el pasado 13 de noviembre. Se opone, por un lado, a la izquierda española y a los separatistas, aliados de las circunstancias: los primeros aceptaron perdonar a los segundos todos los crímenes relacionados con su fallido intento de secesión en 2017 a cambio de su apoyo al gobierno de Pedro Sánchez; y, por el otro, un pequeño grupo de jueces, preocupados por el posible carácter inconstitucional de la amnistía y la invasión de sus prerrogativas. Pero esta batalla sin precedentes se aceleró con la aproximación de los debates y la votación parlamentaria prevista para este martes a partir de las 15.00 horas.
¿No están de acuerdo los juristas sobre la distinción entre condenas sujetas a apelación, que podrían ser amnistiadas, y condenas firmes, que no pueden perdonarse? Entonces el legislador corre a modificar su proyecto de ley para evitar una anulación por parte del Tribunal Constitucional. ¿El político excluye de la ley de amnistía los delitos de terrorismo más graves? Un juez de instrucción saltó inmediatamente a la brecha y vinculó la muerte por infarto de un turista francés, en 2019, a los disturbios organizados en el aeropuerto de Barcelona por separatistas que protestaban contra la condena de los líderes del movimiento.
“Crímenes de alta traición”
Un último ejemplo, el más reciente, lo atestigua. ¿Los diputados socialistas convencen a los separatistas de que los delitos de alta traición deberían quedar excluidos de los indultos? Así, un magistrado resucita el lunes, en vísperas de esta votación crucial, una investigación olvidada durante años sobre las conversaciones entre secesionistas y agentes rusos sospechosos de prometer su apoyo a una República Catalana. ¿Podría ser el expresidente regional Carles Puigdemont, instalado en Bélgica para evitar la actuación de la justicia española, el primero en verse afectado por estos ataques a la seguridad del Estado? Así que su partido político, Junts, presionó a los socialistas en el poder, en las últimas horas antes de la sesión, para que la amnistía cubra también estas posibles fechorías.
La imagen es la de una confusión permanente de poderes y sus límites. Y la lucha política se superpone a la disputa de los funcionarios electos contra las togas, cada uno de los cuales obviamente no ve más que la mota en el ojo de su hermano. La derecha (Partido Popular, PP), la extrema derecha (Vox) y algunos disidentes socialistas están indignados por una ley hecha a medida, elaborada por los abogados de quienes los tribunales han declarado culpables de sedición, votada por sus compañeros de partido… y defendido por el presidente del gobierno que lo excluyó durante la campaña electoral pero cedió a todas las exigencias de los enemigos de la unidad de la nación con el único objetivo de permanecer en el poder. Los dirigentes del Partido Socialista (PSOE) se ofendieron anónimamente en la prensa española: “El hecho de que el poder judicial esté actuando sobre el poder legislativo para tratar de influir en la ley es horrible e inaceptable. Los tiempos del poder judicial están, es empírico, alineados con los de la política y la legislatura. Cada vez que el legislativo mueve un peón, el juez mueve otro..
La situación sitúa visiblemente a los aliados al borde de un ataque de nervios. En el lado separatista, lo que está en juego es la suerte jurídica de unos 400 compañeros, el más emblemático de ellos, Puigdemont, que espera ser autorizado a regresar al país para volver a entrar en el juego político catalán. Junts amenaza con no votar esta versión de la ley, que luego tendría que volver a comisión y llegar con un mes de retraso. Del lado socialista, lo que está amenazada es la estabilidad del gobierno, que depende del respeto a la palabra dada y de la cordialidad de las relaciones con los secesionistas. “Por el momento estamos satisfechos con el texto y no prevemos ningún cambio.t, declaró el portavoz del PSOE. Pero los partidos siguen hablando y hasta el momento de la votación todavía estamos a tiempo.” Eso, al menos, de no enfadar a sus problemáticos aliados.