Los socialistas regresan hoy al poder en Cataluña después de 14 años
La toma de posesión de Illa es también el regreso de los socialistas al poder en Cataluña, cuyo gobierno regional (la Generalitat) dirigieron entre diciembre de 2003 y diciembre de 2010.
Durante los últimos 14 años, Cataluña ha atravesado un intento de autodeterminación que culminó con una declaración unilateral de independencia en 2017.
Este ‘proceso’, como se le conoce en España, ha marcado y condicionado la política regional y nacional en la última década, además de crear divisiones y tensiones sociales dentro de Cataluña y el resto del país.
El nuevo ciclo político en la región que comienza hoy surgió de las elecciones autonómicas del 12 de mayo, en las que el Partido Socialista de Cataluña (PSC, estructura regional del Partido Socialista Obrero Español, PSOE) obtuvo la mayor cantidad de votos y los partidos independentistas perdieron. la mayoría absoluta que tuvieron durante más de una década en el parlamento catalán.
Salvador Illa, de 58 años y ministro de Sanidad de España durante la pandemia de la covid-19, dijo el jueves en el parlamento autonómico, en el pleno en el que fue elegido presidente de la Generalitat por los diputados, que pretendía unir Cataluña.
«Ha llegado el momento de que todos y cada uno de los catalanes volvamos a sentirnos parte de la misma Cataluña», afirmó el socialista, quien destacó el objetivo de volver a poner las políticas y servicios públicos en el centro de la acción política en la región.
Illa se convierte hoy en presidente de la Generalitat tras alcanzar un acuerdo parlamentario con el independiente Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).
ERC, que iba por delante de la Generalitat pero quedó tercera en las elecciones, fue la primera gran fuerza independentista en reconocer «los malos resultados» del separatismo y que la región entraba en un nuevo ciclo político.
«Al conocer los resultados», ERC justificó que avanzaba hacia un acuerdo con el PSC para garantizar a Cataluña un ejecutivo de izquierdas y la posibilidad de alcanzar compromisos en relación con viejas demandas independentistas, como un nuevo modelo de financiación para la región ( lo que él llama «soberanía fiscal»).
El otro gran partido independentista es Juntos por Cataluña (JxCat, conservador), liderado por el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, que vive en Bélgica desde 2017 para escapar de la justicia española.
JxCat fue el segundo más votado el 12 de mayo y apostaba por una repetición electoral, pero ni siquiera el viaje mediático de Puigdemont a Barcelona, con otra fuga de la policía, el día de la votación de la candidatura de Illa al Parlament, logró para impedir su regreso hoy de los socialistas al poder.
El apoyo a la independencia ha ido perdiendo terreno en Cataluña desde 2018, según las encuestas y los sucesivos resultados electorales.
Este periodo coincidió también con el cambio de color del Gobierno español, que el socialista Pedro Sánchez lidera desde 2018 con acuerdos parlamentarios con los partidos independentistas catalanes.
Entre las concesiones que Sánchez hizo a los independentistas se encuentran los indultos y una amnistía, que parece estar capitalizándose electoralmente en Cataluña, aunque los analistas coinciden en reconocer también un importante «factor Illa», dado el perfil moderado y la popularidad del líder socialista regional.
Al igual que los indultos y la amnistía, la «soberanía fiscal» para Cataluña ahora negociada entre ERC e Illa, similar a la del País Vasco y Navarra, está generando controversia, incluso entre los líderes del PSOE.
El caso vasco y navarro reconoce especificidades históricas y es una excepción dentro de las 17 comunidades autónomas españolas, al considerarse poco o nada solidario con el resto del país.
Se espera que la situación política en Cataluña siga teniendo impactos directos en la gobernanza de España, ya que el ejecutivo de Sánchez depende del apoyo parlamentario tanto de ERC como de JxCat.