Avería gigante para los nuevos TGV españoles, pesadilla para Renfe
Más problemas para los nuevos TGV españoles. Los 28 trenes Talgo Avril, puestos en servicio en primavera, no pudieron arrancar este miércoles 1 de enero, paralizando varias líneas de la red ferroviaria española, indicó la compañía Renfe en las redes sociales. La culpa de uno “incidente informático” quien la obligó a “reubicar a todos los viajeros en otras composiciones” de trenes, en particular duplicando el número de trenes de otros modelos que podrían circular.
El corte, que se prolongó durante todo el primer día de 2025, provocó importantes retrasos en tres líneas de alta velocidad por las que circulan estos trenes: Madri-Galicia/Asturias, Madrid-Zaragoza/Barcelona y Madrid-Levante (hacia la costa Este). La compañía incluso tuvo que preparar un nuevo plan de transporte y bloquear preventivamente las ventas en los viajes realizados con estos trenes, pero el tráfico se pudo reanudar al día siguiente. Renfe no especifica cuántos pasajeros se retrasaron, pero los trenes que permanecían en el andén ese día debían transportar “potencialmente 14.100 pasajeros”.
479 incidentes en tres meses
El fabricante español Talgo explicó en un comunicado de prensa que el fallo del ordenador se debió a un “Problema de comunicación entre el sistema de control y los cargadores de baterías”. Dice que trabajó con el fabricante de estos cargadores, Ingeteam, para solucionar el fallo. El subcontratista mencionó un problema relacionado con “entrando en el nuevo año” para explicar la falla. Renfe calcula que esta jornada de siniestros le hizo perder un millón de euros.
Los Talgo Avril – o S106 – le han costado caro a la compañía española desde su pedido en 2016. Entregados con tres años de retraso en primavera, han aumentado el número de averías: durante los tres primeros meses de circulación, los veinte trenes entonces en servicio se acumularon 479 incidentes. Una parte incluso tuvo que ser inmovilizada en pleno verano. Estos incidentes complican también la llegada de Renfe a Francia, que cuenta con estos nuevos trenes para competir con la SNCF en sus líneas, como ya hace la compañía francesa al otro lado de los Pirineos.
Renfe exige a Talgo una indemnización de 116 millones de euros por los retrasos en las entregas y pretende solicitar 50 millones de euros adicionales por el lucro cesante durante los primeros meses caóticos de funcionamiento. El fabricante nacional, que pone de relieve el contexto vinculado al Covid-19 y a la guerra en Ucrania, se niega a pagar. El caso, que irrita incluso al Gobierno español, muy enfadado con Talgo, podría acabar en los tribunales.