Vendieron millones de kg de frutas y verduras como orgánicas (pero no lo eran)
La Guardia Civil española desmanteló en Motril, Granada, un grupo criminal dedicado al fraude alimentario internacional. Cuatro personas fueron detenidas y otras 16 están siendo investigadas.
El grupo vendía frutas y verduras convencionales como si fueran de producción ecológica en los principales mercados europeos, ya que en estos mercados las frutas y verduras ecológicas son mucho más caras que las convencionales.
«Los detenidos falsificaron sistemáticamente los certificados de producción y comercialización que deben emitir los órganos de control de la producción ecológica sobre la trazabilidad de estas frutas y hortalizas», revela la Guardia Civil, en un comunicado, este miércoles.
Los investigadores «estiman que los miembros de esta red criminal vendieron, sólo en los últimos seis meses, más de dos millones de kilos de frutas y hortalizas producidas convencionalmente como ecológicas».
Entre los detenidos se encuentran «el dueño de la empresa y sus testaferros». Entre los investigados, en cambio, «se encuentran los operadores que suministraban a la empresa de los detenidos frutas y verduras convencionales, supuestamente procedentes de parcelas ecológicas, así como los responsables de las empresas privadas que emitían certificados ecológicos falsos que acompañaban a las frutas y verduras «.
Durante la fase de investigación también se pudo comprobar que los detenidos también contaban con la colaboración de laboratorios acreditados. Estos laboratorios «realizaron múltiples análisis a los productos hasta obtener resultados negativos para productos fitosanitarios, ya que su aplicación es incompatible con la producción ecológica».
Los investigadores también descubrieron que esta empresa «se abastecía de frutas y hortalizas recolectadas en parcelas que no estaban registradas en los registros oficiales del Sistema de Información de la Producción Ecológica de Andalucía (SIPEA), que es de carácter obligatorio». Además, estas frutas y verduras salieron posteriormente de los almacenes de Motril sin trazabilidad y con documentación falsificada.
