Inundaciones en España: “Y de repente, todo quedó cubierto de agua y barro, ramas y troncos”
“¿Ves las ramas? Allí había una casa”. Olegario, septuagenario vecino del pueblo de Letur, en la provincia de Albacete, ayuda a comprender la magnitud del desastre y la violencia de la inundación que azotó la región el martes. En lugar del edificio, terreno fangoso, ramas arrastradas por la inundación. Para el recién llegado es como si la casa nunca hubiera existido.
Desde la calle San Sebastián, que cruza el río, el curso de agua no impresiona mucho. Es difícil imaginar que el día anterior «una enorme ola negracomo lo describe Carmina, enfermera de 60 años, tomó todo a su paso. “No teníamos tiempo para nada. Fue como pisar el acelerador de un Ferrari, la onda pasó de 0 a 1.000 en un instante. Y de repente todo se cubrió de agua y barro, ramas y troncos..” El casco antiguo, cuyo acceso está prohibido, está devastado.
Letur es un pueblo aislado en su desgracia. Ante el fenómeno de la “gota fría” que azota el Este de España, no forma parte de una provincia donde los daños sean generalizados, como en Valencia. Llegando desde Albacete capital, uno incluso podría preguntarse, mientras observa los campos de olivos casi secos, si no se ha equivocado de pueblo. Aquí las precipitaciones y las inundaciones fueron muy localizadas. Pero los daños son colosales, hay muchas personas desaparecidas -seis en un pueblo de 900 habitantes- y las imágenes son abominables.
Vi gente pidiendo ayuda. “¡Ayuda, la casa se nos viene encima!” Y de repente apareció una segunda ola negra y la casa desapareció. »
Carmina, vecina de Letur
Una casa arrasada por la inundación, como un barco de papel, con decenas de coches y contenedores de basura. Los edificios del centro histórico ensuciados o devastados. El golpe es duro, pero son sólo piedras, nos resignamos. Los políticos que acudieron allí (el presidente de Castilla La Mancha, un ministro y el líder de la oposición) prometieron ayuda y reconstrucción.
Lo que traumatizó a los habitantes de este pueblo al pie de la Sierra de Segura fue la suerte corrida por seis de sus vecinos. “Yo estaba enfrente. ¡Yo estaba al frente!”, Carmina dijo dos veces. “Vi gente pidiendo ayuda. “¡Ayuda, la casa se nos viene encima!«Y de repente apareció una segunda ola negra y la casa desapareció». Dos personas que gritaban desde las ventanas quedaron cautivadas con el edificio. “Una pareja que amaba todo el pueblo, describe María del Ollano. No tenían 40 años. Trabajó en una fábrica de quesos orgánicos. Ella en el camping un poco más arriba. Afortunadamente sus hijos no estaban con ellos..”
200 profesionales participan en la investigación
En total, seis desaparecidos, que ya son solo cinco, ya que este miércoles por la mañana fue encontrado el cuerpo de una mujer. El presidente de la región, que anunció la noticia in situ, reconoció que las perspectivas de encontrar a los demás con vida son ahora escasas.
Juan, un bombero de 41 años, cuenta que el martes, día de la inundación, su equipo tuvo la suerte de salvar a una persona, y la desgracia de encontrar a otra muerta. “En la búsqueda de los desaparecidos el tiempo es fundamental; cuanto más pasa, más disminuyen las posibilidades de encontrarlos con vida. Pero no es imposible. Entonces buscamos. Bajamos el río y luego lo remontamos de nuevo..” En la búsqueda participan 40 bomberos del departamento de Albacete. En la calle principal de Letur sus coches se alternan con los de Cruz Roja, Protección Civil, Guardia Civil y vehículos militares. Sin olvidar una zodiac, un helicóptero y un dron. En total, unos 200 profesionales participan en la búsqueda de los desaparecidos y la atención de los supervivientes.
Una tapa de olla a presión que explotó
Los uniformados asumen las responsabilidades de un pueblo aturdido por el dolor. La escuela pública es su cuartel general, llamado puesto de mando avanzado. Allí se distribuyen las tareas, se distribuyen las áreas de trabajo. Un grupo de vecinos acudió a las noticias el miércoles por la noche. Algunos quieren entender. “Aquí no llovió mucho considerando las consecuencias”dijo Olegario. Menos que en la provincia de Valencia, ciertamente, o en determinados municipios o que reciben del cielo 400 o 500 litros de agua por metro cuadrado en pocas horas. Casi lo que cae en un año en estas soleadas regiones. “Pero donde cayó, es en la montaña”continúa el jubilado. Las lluvias torrenciales habrían provocado el aumento del monstruoso torrente río arriba. Y las ramas recogidas a su paso habrían provocado un atasco, creen Juan y Paco. Un tapón de olla a presión que no habría girado, pero que explotó bajo la fuerza de la presión acumulada.
Otros acusan. “Es porque nos prohibieron limpiar el campo como antes.cuenta Carmina, una ex madrileña que se enamoró del pueblo hace dos años. Por supuesto que el agua causa daños, el agua siempre sigue su curso. Pero si le sumamos los troncos y ramas que quedan allí y que no podemos tocar…” Casi todo el mundo está de acuerdo en lo esencial. La búsqueda, una y otra vez, de los desaparecidos. Y los abrazos emotivos, cuando los periodistas se alejan un poco.