Los socialistas españoles sitúan el euskera, el catalán y el gallego en la agenda europea

Los socialistas españoles sitúan el euskera, el catalán y el gallego en la agenda europea

El gobierno español, encabezado por el Partido Socialista (PSOE), presentó formalmente el 17 de agosto la solicitud de reconocimiento de las tres lenguas como lenguas europeas.

Ese día, los socialistas consiguieron conservar la presidencia del Parlamento español, tras las elecciones legislativas del 23 de julio, gracias a los votos de los diputados de los partidos nacionalistas e independentistas de Cataluña, Galicia y el País Vasco, que también necesitan para Reelección de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

La formalización de la petición de reconocimiento de las tres «lenguas cooficiales» españolas en las instituciones europeas fue una exigencia de los partidos independentistas, especialmente los catalanes, para ceder la presidencia del Parlamento al PSOE.

Tras este paso, y en un momento en el que el PSOE negocia la viabilidad de la nueva investidura de Sánchez como presidente del Gobierno, España colocó en el orden del día del Consejo Europeo el debate y la votación de la petición que entregó en Bruselas el 17 de agosto.

Será el martes 19 de septiembre cuando el Consejo de Asuntos Generales del Consejo Europeo -donde los países están representados por ministros o secretarios de Estado responsables de asuntos comunitarios- debata la propuesta, y el orden del día de la reunión definido por España también incluye votación.

Sin embargo, el viernes, en una reunión de embajadores ante la Unión Europea (UE), en preparación para la reunión, varios países expresaron reservas al considerar que falta información para avanzar y que no se puede realizar una evaluación de costos, legalidad y política. Se necesitan impactos.

Sobre todo, el resto de países no comparten la urgencia española, aunque ninguno ha rechazado definitivamente la propuesta, y una «gran mayoría», según fuentes citadas por los medios españoles, ha apoyado y reconocido el multilingüismo como un puente para favorecer la conexión de los ciudadanos. con la UE, uno de los argumentos en los que España insiste para defender su petición.

«El catalán es una lengua hablada por 10 millones de personas en la Unión Europea», destacó esta semana el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, en un encuentro en Barcelona con medios de comunicación no españoles, entre ellos Lusa.

Aragonès destacó que el catalán se habla, dentro del Estado español, en varias regiones, pero también en zonas del sur de Francia y en un «pequeño pueblo» de Cerdeña (Italia) y es «la lengua oficial de un Estado independiente, Andorra», que se prepara para celebrar un acuerdo de libre asociación con la UE.

«Que el Estado español haya hecho esta petición y haya presentado esta propuesta, el pasado 19 de septiembre, en la reunión de Asuntos Generales de la Unión Europea, es una buena noticia porque por fin el Gobierno del Estado español está reconociendo la diversidad de lenguas que existen «, afirmó Aragonès, líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), uno de los partidos que negocia con el PSOE.

«El reconocimiento de esta diversidad, sin duda, ayuda, y si va bien, ayudará a avanzar mucho más en esta negociación», añadió.

«Es algo que va más allá de una simple negociación política o de un acuerdo simbólico, tiene que ver con derechos, tiene que ver con oportunidades y también con reforzar un proyecto común, que es el proyecto de la Unión Europea, haciéndolo cada vez más cercano y más legitimado». para todos los ciudadanos», afirmó, por su parte, la consejera de Acción Exterior del Gobierno regional (equivalente a ministra en una ejecutiva nacional), Meritxall Serret.

El Ejecutivo autonómico puso a disposición del Gobierno central (que es el único interlocutor posible en las instituciones europeas) para «trabajar a todos los niveles», técnicos y otros, incluso a través de la «red de delegaciones» que Cataluña tiene en el exterior, para «disipar posibles dudas» entre otros estados miembros de la UE y «generar confianza» en que es viable reconocer el catalán como lengua europea, añadió.

El foco de las negociaciones del PSOE con otros partidos para facilitar un nuevo gobierno de izquierdas ha estado, precisamente, en Cataluña, donde los partidos independentistas que eligieron diputados han hecho las mayores exigencias a Sánchez, como amnistías para los separatistas condenados y acusados ​​por el tribunales o un referéndum sobre la independencia.

Fuentes citadas por los medios españoles revelaron que el Gobierno de Madrid propuso el viernes al resto de Estados miembros que España asuma los costes relacionados con las traducciones e intérpretes del euskera, catalán y gallego en las instituciones europeas y reclamó que las tres lenguas estén reconocidas en Constitución del país como lenguas oficiales, además del castellano.

Suecia y Finlandia han emitido comunicados en los últimos días expresando públicamente reservas sobre la propuesta española.

Finlandia habló de una propuesta que «aumentaría la carga financiera y administrativa», además de probablemente «prolongar las decisiones y la entrada en vigor de los reglamentos europeos».

Suecia defendió la necesidad de «detallar las consecuencias jurídicas y financieras de la propuesta».

Otros países, según medios españoles, también temen un efecto «dominó», sobre todo porque hay varios estados que tienen lenguas regionales y otros que abordan demandas internas relacionadas con el reconocimiento de lenguas en sus territorios.

A pesar de la polémica, ya es seguro que España ha colocado el asunto en la agenda europea, aunque el martes la decisión adoptada en Bruselas se limitó a solicitudes de opiniones y estudios.

Actualmente, hay 24 idiomas reconocidos en las instituciones europeas, y la mayoría de los documentos e intervenciones deben traducirse a estos idiomas.

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