Inicialmente se debe comprender que el país se encuentra fragmentado. A la conocida y tradicional brecha que siempre ha existido entre izquierda y derecha, se le han unido escisiones dentro de cada bloque lo que ha venido mermando la voluntad de consenso.
Solo un gobierno entre los años 2015 y 2019, ha sido capaz de llegar al poder luego de haberse ejecutados unos comicios. Habiendo ganado por mayoría insuficiente a fin de lograr formar un gobierno después de las elecciones de 2015, el conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy consiguió gobernar al repetirse las elecciones en 2016. Todo ello fue posible gracias al apoyo brindado por el partido de centroderecha Ciudadanos y la amplia abstención por parte del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Pero, esta aventura de los populares tan solo fue disfrutada por dos años, ya que en mayo de 2018, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, alcanzó a ganar una moción de censura contra Rajoy ocupando su lugar como presidente de gobierno.
Cabe destacar, que el candidato por el partido socialista Pedro Sánchez no logró conseguir el apoyo suficiente para formar un gobierno estable. Algunas situaciones que se presentaron fueron que Sánchez gobernaba con pocos escaños y, además, su propuesta de presupuestos no contó con el apoyo del Congreso, cosa que llamó nuevamente a las urnas. La convocatoria, que se celebró a continuación, dejó al PSOE como ganador sin mayoría absoluta y un Parlamento bastante dividido. Y como ya había ocurrido, conseguir una mayoría parlamentaria también resultó imposible una vez más.
De esta manera, España se encaminó a sus cuartas elecciones generales en tan solo cuatro años después de que Sánchez no lograra el apoyo de algún partido de oposición. Para esas votaciones, las encuestas pronosticaban un resultado similar al anterior, y si la poca voluntad política de generar pactos, o al menos no entorpecer las investiduras, no cambia, el bloqueo continuara persistiendo.
De acuerdo a la opinión de los expertos, estos alcanzan a coincidir que la manera más eficaz para destrabar el nudo institucional, se encuentra en, primero resolverse situaciones como las del nacionalismo catalán, las heridas mal cicatrizadas de la gran recesión económica de 2008 y la conciliación entre las formaciones políticas del mismo espectro ideológico.
Algunas claves por la que España no es capaz de conseguir gobiernos que sean estables y que además impulsen las políticas que demanda el país.
Crisis económica: La recesión de 2008 lastró la economía global y aparte dejó profundas heridas para el país.
Fragmentación política: Los partidos se han alejado uno del otro, por lo que las mayorías parlamentarias resultan complicadas de articular, lo que lleva a los gobiernos cada vez más hacia la debilidad.
La crisis catalana: en realidad esto no se trata de algo reciente ya que desde el siglo XIX se ha venido arrastrando un problema endémico en el que se desea la incorporación de las nacionalidades periféricas a una idea de España. Luego del franquismo, y durante la transición democrática, tanto los partidos nacionalistas vascos como catalanes actuaron como bisagra favoreciendo la formación de gobiernos, algo que continuó en posteriores legislaturas.