Los grandes proyectos socioeducativos nunca han contemplado a los juegos y las actividades recreativas, como una actividad rentable, siendo esta la razón por la que no son incluidos en sus programas. Sólo aquellos educadores que llegan a convivir diariamente con los niños cuentan con la sensibilidad para estimar el profundo sentido de los valores educativos que están contenidos dentro del juego y de sus mediadores: los juguetes para niños como un disfraz de batman y niñas como una muñeca.
Los juguetes, aunque no se note a simple vista, llegan a formar tanto en las relaciones de grupo, como las posibilidades de explorar, manipular, desarmar, re-organizar diferentes objetos, incluso esa posibilidad de dejarlos en el olvido pues mañana ya habrán otros juguetes distintos, y todo debido a la situación global de libertad de expresión de las autonomías.
Así mismo, el juguete llega a crear estructuras de inteligencia y madurez individual, pues se ha notado que no llegan a ser satisfactorios los ejercicios que fueron preparados bajo una única lógica adulta, con la que se ha intentado colocar a los niños bajo una problemática de simulación, al esperar que el niño logre asimilar el conocimiento, cuando lo ideal sería que el mismo alcance el conocimiento y descubrimiento propio.
Otros se han dado cuenta
Es posible comprender que la educación se conforma como un proceso con el que el niño puede desarrollar todas sus potencialidades; aspecto que se puede ejecutar de manera armónica cuando existe una relación entre los aprendizajes de los niños y los valores culturales de sus padres y de la comunidad. De esta forma, podemos entender que el aprendizaje no es más que el resultado de un proceso interactivo-participativo, donde están involucrados muchos seres humanos que han entregado su vida estudiando la importancia de un aprendizaje gozoso.
Un ejemplo de ello podemos encontrarlo en España, donde la Revista Eureka (2004), mediante un documento que surgió en la conferencia sobre ciencia y vida cotidiana cuyo título era: “La física de los juguetes”, de Vicente López García, se llega a analizar las posibilidades didácticas que conllevan una serie de juguetes y artilugios curiosos, que presentan potencial interés al momento de motivar a los alumnos y con ello lograr estudiar los principios físicos sobre los que se apoya. Para eso, inicialmente se describe su funcionamiento y posteriormente se indaga en su utilidad como recurso didáctico que esta dirigido a ofrecer una enseñanza de la física que sea enriquecedora y estimulante.
En tal sentido, hemos de comprender al juguete como un objeto que funciona como un medio de expresión, pero también como un mecanismo de exteriorización para el niño de lo que le precede en su interior, a través del cual se pretende fortalecer significaciones que llegan a demarcar su vida. De este modo en juguete es asumido
como la herramienta didáctica que propicia el aprendizaje, siendo entonces, el medio que permite movilizar grandes cambios dentro de las estrategias de enseñanza que son tradicionales.